Cuando estás aburrido, puedes satisfacer el "hambre mental" leyendo una revista, haciendo una llamada telefónica, poniendo la tele, navegando por internet, yéndote de compras o - y esto es bastánte común- transfiriendo al cuerpo la sensación mental de carencia y necesidad de querer siempre algl más, y satisfaciéndolas brevemente ingiriendo más comida.
O puedes sentirte aburrido e inquieto, y
observar la sensación de estar aburrido e inquieto. A medida que vayas
dándote cuenta de estas sensaciones, empezará a surgir algún espacio y
quietud en torno a ellas. Al principio sólo habrá un poco, pero conforme
crezca la sensación de espacio interno, el aburrimiento empezará a
disminuir en intensidad y significado. De modo que incluso el
aburrimiento te puede enseñar quién eres y quién no eres.
Descubres que ser "una persona aburrida" no es tu identidad esencial. El aburrimiento, simplemente, es un movimiento interno de energía condicionada. Tampoco eres una persona enfadada, triste o temerosa. El aburrimiento, el enfado, la tristeza o el miedo no son " tuyos", no son personales. Son estados de la mente humana. Vienen y van.
Nada de lo que viene y va eres tú.
" Estoy aburrido"; ¿ quién sabe esto?
" Estoy enfadado, triste, atemorizado"; ¿ quién lo sabe?
Tú eres el conocimiento, no el estado conocido. ( de su libro " El silencio habla).
Descubres que ser "una persona aburrida" no es tu identidad esencial. El aburrimiento, simplemente, es un movimiento interno de energía condicionada. Tampoco eres una persona enfadada, triste o temerosa. El aburrimiento, el enfado, la tristeza o el miedo no son " tuyos", no son personales. Son estados de la mente humana. Vienen y van.
Nada de lo que viene y va eres tú.
" Estoy aburrido"; ¿ quién sabe esto?
" Estoy enfadado, triste, atemorizado"; ¿ quién lo sabe?
Tú eres el conocimiento, no el estado conocido. ( de su libro " El silencio habla).
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