martes, 17 de enero de 2012
Rueda de la vida.
Los niños tiene ese tiempo que los adultos nos falta,
errando de mayores el tiempo que ya se fue.
El ahora del niño es el juego del momento,
su alegría y su dinamismo son siempre en el presente.
Se pasan la vida pidiendo nuestra compañía, más
cuando llegado el momento, es el niño que se despide de su infancia
tomando el presente como su recorrido, así tras la experiencia, inicia su propio
camino, que según educaron sus mayores, el hace lo mismo, dejando sin tiempo el encuentro
a sus mayores.
La experiencia, así son los momentos de compartir, si es en unión, es unido, nutrido, enriquecido.
Enseñar a los niños, es estar junto a ellos. Es tener un propósito común, es la dedicación a cada paso y es la fe que después ayuda a mover esas montañas.
S. Elisabeth.
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