La percepción se deriva de los juicios. Habiendo juzgado, vemos por lo tando, lo que queremos contemplar. Pues el Único propósito de la vista es ofrecernos lo que queremos ver. Es imposible pasar por alto lo que queremos ver o no ver lo que hemos decidido contemplar. ¡ Cuán inevitablemente, pues, se alza el mundo real ante la santa visión de aquel que acepta el propósito del Espiritu Santo como aquello que desea ver! No puede dejar de contemplar lo que Cristo quiere que vea, ni de amar con Amor de Cristo lo que contempla.
Mi único propósito hoy es contemplar un mundoliberado, libre de todos los juicios que he emitido. Padre, esto es lo que Tu Voluntad dispone para mí hoy,no puede sino ser mi objetivo también.
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